Hacer fácil, lo difícil suele ser una virtud extraordinaria. Eso hizo Argentina en su segunda presentación. En frente tenía un equipo que siempre le presentó batalla pero al poco andar logró imponer su juego y florearse en un Cantoni que volvió a estar lleno.
Angola fue de mayor a menor. Prometió mucho y entregó poco. Mucho tuvo que ver el planteo del Negro Páez, quien con el correr del tiempo fue arrinconado al equipo africano desactivando todo peligro que puderia ocasionar en el arco que defendió Valentin Grimalt.
Parejo fue el inicio de la primera etapa. Ambos equipos buscaron el arco ajeno. Argentina apostó por juego asociado moviendo la bocha de un lado a otro para encontrar un hueco y meter el remate. Angola intentó ganar el cuadrado para definir cara a cara con Grimalt. El encuentro pudo destrabarse en favor de la albiceleste cuando iban 7 minutos. Pablo Álvarez ganó la posición para definir por el centro del área para marcar el 1 a 0. Con la ventaja a su favor, el quinteto nacional poco a poco comenzó adueñarse del partido. Con paciencia se fue parando en campo contrario. Cuando promediaba los 12 minutos, Carlos Nicolia con mucha astucia se dio vuelta para rematar el palo izquierdo del portero para estampar el 2 a 0. El predominio albiceleste fue creciendo con el correr de los minutos. Los africanos se tuvieron que refugiar en su arco y esperar un yerro ajeno para aspirar algún descuento. Faltando 4, Nolo Romero armó un jugadón y le sirvió en bandeja a Ezequiel Mena el tercer grito e irse al descanso arriba del marcador.
El monólogo argentino continuó en la segunda etapa. La albiceleste manejó los hilos del partido a su antojo. A pesar de la rotación, el equipo no perdió el protagonismo y en más de una oportunidad estuvo en la puerta de una nueva emoción pero la bocha no entró. Los angoleños fueron en busca de achicar la brecha pero chocó con la defensa del local y sus limitaciones para vencer a Grimalt. Argentina generó en más de una oportunidad ataques profundos pero Francisco Velludo pudo contener los embates del quinteto nacional. A falta de tres minutos para el cierre del cotejo, Pablo Álvarez metió el cuarto para decretar una nueva victoria.
Final del partido. Triunfo argentino. Buena presentación para los dirigidos por el Negro Páez al destrabar un partido que pintaba chivo pero al poco andar logró encaminar y quedarse con otra alegría en su camino hacia el título.
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