El medio scrum sanjuanino, formado en Huazihul, firmó con el Sporting de Viña del Mar para jugar en la primera división de Chile. Antes de partir, habló con Cuarto Tiempo sobre sus desafíos y expectativas.
Bruno Guajardo vivirá un giro clave en su carrera deportiva. El talentoso medio scrum, figura del rugby local, dejará temporalmente su San Juan natal para unirse al Sporting Club de Viña del Mar, equipo emblemático de la primera división chilena. La oportunidad, que calificó como «lo que buscaba», llega en un momento de madurez deportiva, aunque el jugador reconoce que deberá adaptarse a las exigencias de una liga que describe como «más dura».
«Lo tomo muy bien. Es lo que estaba buscando, aunque llegó rápido. El destino es lo de menos; solo quiero jugar al rugby», afirmó Guajardo en diálogo con Cuarto Tiempo. Su salto internacional se da tras destacarse en las divisiones formativas de Huazihul, club al que definió como «siempre mi casa», aunque aclaró que este traslado no es un adiós definitivo: «Será un hasta pronto, pero vivamos el día a día», reflexionó.
El deportista, conocido por su visión de juego y rapidez en el scrum, admitió que el rugby chileno representará un desafío físico. «Estoy en muy buen momento personal, pero sé que allá el juego es más intenso. Tengo cosas para mejorar, aunque estoy preparado para todo», aseguró. Su incorporación al Sporting coincide con la pretemporada del torneo local, donde buscará consolidarse como titular y aportar experiencia desde su puesto clave en la organización del equipo.
Las expectativas, reconoce, son altas. «Quiero probarme en otro nivel y demostrar que puedo estar a la altura», declaró Guajardo, quien llega a un club que apuesta por reforzar su línea de tres cuartos con jugadores internacionales. El Sporting, histórico en el rugby trasandino, compite no solo en la liga doméstica sino también en torneos regionales, lo que brindará al argentino exposición en escenarios variados.
El contexto también favorece el movimiento: el rugby chileno vive un crecimiento sostenido, con inversión en infraestructura y proyección internacional. Para Guajardo, este paso significa no solo un crecimiento personal, sino también la posibilidad de aportar técnicas aprendidas en el modelo argentino, reconocido por su formación estratégica.
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